Planchado
*Se
plancha mejor cuando la prenda está aún un poco húmeda.
*La
temperatura de la plancha debe ser entre 110 y 150 grados centígrados. En las
planchas existe una ruleta de temperatura con símbolos que nos ayudan a elegir
la más adecuada para cada prenda. Un punto en la ruleta viene a ser 110 grados
y dos puntos 150 grados. Empezar a planchar con una temperatura más baja de lo
recomendado e ir incrementándola hasta alcanzar la recomendada. Si estamos
planchando a temperaturas más altas que éstas y pasamos a planchar seda, regula
la temperatura en la ruleta de la plancha y espera unos minutos a que la
temperatura baje, evitarás disgustos.
*Plancha
siempre por el reverso de la prenda. En el caso de que nuestra prenda tenga
aplicaciones de gutta, sobre todo si son metalizadas, el planchado por el
reverso es muy importante. Si en este caso lo hacemos por el anverso y a una
temperatura un poco más elevada, la gutta se contraerá y estropearemos la
prenda.
*No
utilices el modo “vapor” en el planchado, ya que la aportación del vapor en las
prendas de vestir puede ocasionar deformaciones en la prenda a modo de pequeñas
bolsas que luego son muy difíciles de disimular.
Almacenamiento
Ya
tienes tu prenda limpia y planchada y hasta que vuelvas a ponértela te daré
algún consejo de cómo guardarla.
*Evita
doblarla ya que una prenda doblada y almacenada durante largo tiempo termina
por estropearse. Los dobleces se quedan marcados y son difíciles de eliminar
aún planchándolos. La seda se debilita en estas zonas mucho antes que en el
resto.
*Envuelve
las piezas en bolsas de tela, evitarás que se soben o que cojan polvo. La tela
deja transpirar bien la seda. No utilices bolsas de plástico.
*Evita
utilizar alfileres o imperdibles para la sujeción de las prendas, dejan marcas
difíciles de quitar y a veces el metal se oxida con el efecto de la humedad
ambiental, provocando manchas o aureolas en la seda.
*Si
utilizas cartones como soporte de la pieza que quieres guardar y papeles para
envolverlas, te aconsejo un cartón y papel con un Ph. Neutro, evitarás así que
la acidez del cartón normal se transfiera a la seda y la estropee con el
tiempo. Estos cartones y papeles no son fáciles de encontrar en papelerías,
pero puedes hacerte con ellos en tiendas especializadas en materiales para la
conservación y restauración de obras de arte.
*Si
enrollas una pieza de seda para su almacenamiento, nunca la aprietes, deja que
las fibras respiren, así evitarás también deformaciones en la seda.
Un
vestido: colócalo en una percha a ser posible de madera y con forma en los
hombros.
Una
falda, un pantalón: colócalo en una percha de pinzas, bien extendido, que no
quede destensado en la parte central de la pieza ya que estaremos ayudando a
que esta se deforme.
Un
pañuelo, fular o estola: lo mejor es hacerse con un tubo de cartón. Puedes
comprarlo en una papelería o puedes hacerte con uno en una tienda de venta de
telas. Las telas vienen enrolladas en tubos de cartón que son desechados cuando
se ha terminado la pieza. Corta el tubo un poco más grande de la anchura del
pañuelo, fular o estola. Envuelve el tubo de cartón en papel de seda. Sobre una
superficie plana, coloca el tubo de cartón ya preparado sobre otra hoja de
papel de seda en la que has colocado el pañuelo, fular o estola y comienza a
enrollarlo todo junto. El papel de seda debe ser un poco más grande por los
extremos y de largura que el pañuelo, fular o estola. Cuando hayas terminado
coloca una goma en cada extremo del tubo sobre el papel de seda. Como el papel
de seda es un poco más grande en los extremos que el pañuelo, fular o estola,
las gomas colocadas no afectarán a la seda. Si tienes varios pañuelos, fulares
o estolas, puedes aprovechar el mismo tubo para almacenarlos, solo tienes que
interponer otro papel de seda y repetir la misma operación. No es aconsejable
enrollar muchos pañuelos, fulares o estolas en el mismo tubo ya que luego
dificulta su accesibilidad. Siempre está el último aquel que más deseas ponerte
en ese momento. De
este modo evitas que la pieza de seda se arrugue, evitas los pliegues y
dobleces y cuando quieras usarlo no tienes que plancharlo de nuevo. Guardar
en el armario en posición horizontal.
Un
mantón con flecos: consigue un cartón con una cierta rigidez ( de 2 o 3 mm.) y córtalo con las dimensiones de la anchura
de la percha con pinzas que más adelante utilizarás, y de una largura acorde
con el tamaño del mantón. Protege los cantos del cartón que van a ir en
contacto con la seda, puedes acolcharlos con una tela guateada o simplemente
lijarlos para redondearlos. Enrolla poco a poco el mantón en el cartón, en
sentido vertical, sin apoyarlo en la mesa, para que los flecos no se enreden.
Ten preparadas unas pinzas de madera para sujetar el mantón al borde superior
del cartón. Finaliza colgando el conjunto del mantón con el cartón en la percha
con pinzas. Guardar en el armario en posición vertical, evitarás así que los
flecos se deformen.
Una
corbata: puedes colgarla de perchas especiales para corbatas o bien enrollarla
sobre sí misma, sin apretarla demasiado, y guardarla en su funda de tela en
posición horizontal.